Yo solo sé que he emprendido una aventura, que este texto sobre quien soy se seguirá escribiendo. Porque no somos lagos estancados, más bien mares en eterna transformación. La máxima ilusión de quienes nos traen al mundo es que seamos felices y la felicidad se relaciona con el placer, del tipo que sea. O no. Y ese estado feliz es una evolución continua.
Este es un blog en construcción permanente y como me encanta decir, en deconstrucción. Me gusta la divergencia, lo asimétrico, me gusta el movimiento. Las cosas fijas… ¡me aburren! Aunque a veces me invada una deliciosa calma, en mi interior no paro de fluir, es mi mundo profundamente imperfecto.
Veo belleza en los juegos matemáticos de la naturaleza, en el cambio, en la espontaneidad auténtica de lo sensorial y en las manifestaciones humanas que son fruto de la libertad. ¿Alguien ha descifrado alguna vez el algoritmo de la libertad? Por favor alguien, no lo hagas. Déjala ser.
La vida es un instante y aún así requiere esfuerzo, pero ¿Cómo no hallar placer en el esfuerzo? si la plenitud se esconde en esos momentos desbocados que nos roban hasta el aliento.
Placeres Convictos 